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LA BESTIA AMARILLA DE LA INTOLERANCIA

Publicado: 2015-03-20

Luis Rodríguez

Mientras que en los países más cultos del mundo, se exponen las visiones surrealistas de los muralistas urbanos, llenando de luz y color los espacios vacíos de las grandes capitales. En Lima capital del virreinato, el nuevo virreyzuelo que ocupa el sillón de Nicolás "el Viejo", no ha tenido mejor “idea” que pintar de amarillo –color de su hepatitis cultural- los murales de Lima declarándolos ilegales y a sus autores, en perseguidos. 

La bestia amarilla de la intolerancia no entiende que en una ciudad gris y contaminada como Lima sembrado de ladrillo y cemento; el arte callejero embellece los espacios públicos y nos hace soñar mediante ilusiones ópticas, perspectivas radicalmente alteradas e imaginería surrealista. Es un ejercicio de "escapismo" para proyectar imágenes de una utopía en las paredes de una ciudad desordenada, salvaje, caótica, contaminada y con 10 millones de habitantes pululando de un lugar a otro.

Mientras unas 85 organizaciones de arte, en cerca de 34 países, participan del proyecto titulado Google Art Project: Street Art, que muestra algunos de los más reconocidos grafitis de diversos puntos del planeta, en nuestro país un analfabeto del arte y la cultura, ha iniciado una cruzada non sancta contra las obras testimoniales de los graffiteros limeños.

Pero, que busca el arte urbano?

El arte urbano o graffiti, localizado casi siempre en lugares públicos muy transitados, busca sorprender a los espectadores con su mensaje irónico, social, multicolor de crítica social, política o, simplemente de reflexión. Actualmente esta expresión artística o arte callejero se está extendiendo por casi todas las ciudades del mundo, pero tienen sus principales referentes en Nueva York, Londres, Barcelona, Berlín o México DF

Este arte empezó a florecer con las revueltas estudiantiles en el París de la década de los 60, pero es en la segunda mitad de la década de los años 70, en que está influencia del graffiti se fue extendiendo a lo largo y ancho de todo Estados Unidos y empezaron a surgir pequeños focos de expansión en ciertos lugares de Europa (Londres, Berlín).

Como y porque surge el arte urbano?

El arte urbano surge como una forma de expresión reivindicativa de críticas u opiniones sobre la situación social de aquellos grupos sociales que habitan en las distintas zonas urbanas de una ciudad, muy lejos de los circuitos artísticos generados por el poder y nacen a partir de movimientos sociales que sólo disponen de la calle, el espacio público, el espacio de todos, para expresarse.

Hoy esta expresión popular reflejada en las calles y espacios públicos, satanizado por la ignorancia supina un alcalde necio, torpe, carente de miramiento y civilidad y una Ministra de “kultura” sin cultura, ha sido redefinido por estos comisarios de la intolerancia como una disciplina fuera de la ley.

El arte urbano cumple una labor profiláctica de reivindicación política anárquica en cuanto que no está regulado institucionalmente y cuyo signo diferenciador es la autoría de la juventud.

Si bien es cierta esta expresión es una forma marginal de cultura -no por ello inferior en cuanto a sus capacidades expresivas- , representa la forma más primaria y reivindicativa del arte urbano, basada en tomar las paredes de la ciudad como un papel en blanco al alcance de quién tenga algo que exponer al mundo. Ha sido la técnica más utilizada durante años para expresar la disconformidad con la falta de expresión o los derechos conculcados por un sistema feroz que linda con el fascismo.

Esta forma hamponesca de acción contra los murales borrados a medianoche nos señala un camino trazado por esta gestión municipal permeado por todos los prejuicios y estereotipos sociales clasista, racista y homofóbico.

Estos comportamientos fascistas, donde quiera que se generen, hay que empezar a llamarlos por su nombre y por su mal nombre. No son tiempos de tibiezas. Hay actitudes que minan las bases del Estado de Derecho y de nuestra convivencia. Existen las armas legales para detener estas agresiones amparados por el derecho a la libertad de expresión, más aún cuando estos murales han sido realizados mediante contratos legales suscritos al amparo de la anterior gestión municipal.

La Constitución no concede el derecho al insulto, pero con todo respeto señor alcalde, váyase al carajo!


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